La IP fija es un identificador único que permite disponer de una dirección exclusiva y reconocible en internet, como si de un número de teléfono se tratara. Por defecto tu red tiene una IP dinámica, una dirección que, por el contrario, va cambiando, aunque ¡ninguna de las dos afecta a tu navegación a internet!

Si eliges una IP fija, tendrás acceso al uso de aplicaciones específicas que la IP dinámica no te permite, como por ejemplo: Servidor de correo propio, Servidor para alojar una web o intranet, Servidor FTP para ficheros, Apps Online, Pasarelas de pago, Conexiones seguras a red privada virtual, Servicios Interactivos como Videoconferencias, o Servicios de vigilancia.